Gratitud
Normalmente
empieza alguno de los más grandes y a contrareloj uno por uno espera su turno
para decir lo que quiere, la mayoría suele empezar con “Quiero agradecer a Dios
por este año…”. Agradecen por la familia, por su situación, por los momentos
felices y por las lecciones aprendidas en los momentos difíciles; es una
excelente manera de cerrar el pasado y empezar el año con cuentas nuevas, ya
que también es el espacio para pedir perdón a los que has ofendido.
Siempre
me ha gustado esta costumbre a pesar del tono religioso que tiene,
personalmente como ateo no puedo creer en un dios preocupado por la conducta
humana, sin embargo entiendo esa necesidad de mostrar agradecimiento por la
fortuna que en muchas ocasiones tengo sin haberla ganado. Durante muchos años yo
permanecí sin decir nada, diciendo “paso”, lo que también está permitido, pero
este año nuevo que pasó sentí que era momento de expresar nuevamente la
gratitud que siento… empecé con “yo quiero agradecerles a todos por…” y agradecí
por su generosidad, hospitalidad, ayuda y en general todas las cosas que cada
uno de ellos me ha brindado desinteresadamente.
La
gratitud es un sentimiento importante para todos, en general demuestra amor y
reconocimiento a los demás, hace que las relaciones perduren y muestra que eres
consciente de tu dependencia a los demás; llevar un registro de lo que los
demás han hecho por nosotros nos permite retribuir y permitir así que esa
persona continúe dispuesto a ayudarnos cuando lo necesitamos. Con toda la
belleza que tiene la sensación de gratitud no se elimina el hecho de que tiene
sus ventajas de sobrevivencia personal (por lo menos para animales que viven en
sociedad); cuando tú eres un individuo que devuelve favores tienes más probabilidades
de ser ayudado nuevamente, siempre que el otro individuo se percate de quiénes
le devuelven favores y quienes no; el ser humano en su evolución desarrolló
este instinto.
Tal vez
suena un poco raro hablar de la gratitud como un instinto, después de todo
parece que podemos aprender a ser más agradecidos o podemos escoger no
agradecer a alguien, pero es justamente aquí donde entra la percepción; Por
desgracia somos mucho mejores registrando cuando damos que cuando
recibimos, cuando nosotros damos implica que hemos hecho un esfuerzo por
obtenerlo y un esfuerzo emocional en desprendernos de aquello que damos, es
fácil cuando se trata de centavos, porque relativamente el esfuerzo fue casi
nulo para obtenerlo y no hay esfuerzo emocional en el desprendimiento, por otro
lado al momento de recibir muchas veces desconocemos el esfuerzo invertido y
casi siempre desconocemos el esfuerzo emocional que requirió el
desprendimiento, por lo que una falta de consciencia limita nuestro nivel de
gratitud.
En el
documental “nice guys finish first” (lo chicos buenos quedan en primero) el zoólogo
y etólogo Richard Dawkins ofrece un simple escenario en el que puede surgir la
moralidad como la mejor táctica de sobrevivencia*1; habla de una especie de
aves que es aquejada por garrapatas, las aves se pueden quitar casi todas las
garrapatas del cuerpo, menos de la cabeza, por lo que requieren ayuda para
logarlo, de no hacerlo serán sujetos a infecciones y enfermedades provocadas
por pasajeros que tiene la garrapata; sin embargo quitarle garrapatas a otro
miembro lleva cierto nivel de tiempo y energía invertido, por lo que un ave que
compulsivamente quite garrapatas (generoso) a los demás sin que le quiten las propias
eventualmente morirá, de manera opuesta, si tenemos un ave que se deja quitar
las garrapatas, pero no se desgasta quitándolas a alguien más (egoísta) tiene
más tiempo y energía para buscar alimentos más sustanciosos, lo que con el
tiempo resulta en una aparente ventaja evolutiva.
El
problema surge cuando el sistema se corre a largo plazo, en una población de
generosos y egoístas, eventualmente los generosos se extinguirían ya que son
muy fáciles de explotar, lo que nos dejaría con una población de puros
egoístas, pero si entre ellos no se ayudan entonces los egoístas también se
extinguirían al morir a causa de las enfermedades provocadas por las garrapatas;
lo que dice Richard Dawkins es que se necesita una tercer clase de individuo
para que el sistema sea estable con el paso del tiempo. Estos individuos deben
empezar quitando garrapatas a todos, pero recordando a los individuos que no
devolvieron el favor para no ayudarles de nuevo (llamémoslos los sensatos), de
esta manera le dan una ventaja en
sobrevivencia a los individuos más generosos.
Esto se
puso a prueba en programas de computadora, en el que si ambos individuos
cooperaban cada uno recibía 3 puntos, si uno cooperaba y otro se hacía wey el
primero recibía 1 punto y el otro 4, y si ninguno cooperaba cada uno se quedaba
con 2, (como está en la imagen abajo); de esta manera cada individuo sólo tiene 2
elecciones cooperar o hacerse wey y hay 4 posibles resultados para cada uno. Se
corrieron 50 distintos programas con 50 estrategias distintas, entre ellas la
propuesta por Richard Dawkins (Empezar generoso, pero recordar a los que se
hacen weyes); entre las distintas estrategias había algunas que eran abusivas o
que fingían cooperación, pero escogían cuando no cooperar para obtener una ligera
ventaja; todos los programas compitieron contra todos y se sumaron los puntos;
hubo tres conclusiones del estudio, la primera es que el programa que ganó era
uno incluso más simple que el propuesto por RD, fue uno llamado tit for tat, que
básicamente empezaba cooperando, pero los siguientes turnos colocaba la
respuesta que hubiera puesto su contrincante en el turno anterior. La segunda
conclusión es que este programa fue superior al otro porque perdonaba
rápidamente, no importaba si un programa no cooperaba al principio, en el
momento en que empezara a cooperar tit for tat también cooperaría, sacándole el
mayor provecho a la mayoría de competidores. La tercera conclusión fue que las
estrategias malvadas y egoístas suelen terminar más abajo en la lista; aunque
hubo algunas que quedaron en relativamente en buena posición, y el programa que cooperaba compulsivamente terminó
casi hasta abajo, simplemente era muy fácil de explotar.
Esto nos permite ver que la
gratitud como tal (devolver los favores), perdonar rápidamente y empezar siendo
generosos con los desconocidos son estrategias que a muchas especies pudieron
haber ayudado en su evolución y probablemente es por eso que nosotros lo
valoramos.
En la
evolución del ser humano intervinieron muchos más factores, para empezar la
interacción deja de ser uno a uno y muchos otros individuos interactúan en el
sistema, pero hay algunas observaciones que nos permiten ver la forma en que
interactúan; el humano tiende a formar una estructura jerárquica y la
reputación del individuo determina cómo es tratado; cuando una persona es muy
egoísta, mezquina, o cruel su reputación empeora y es rechazado, lo que le
dificulta la vida. Por otro lado cuando una persona es leal, paga sus deudas,
es respetuosa y generosa es incluido y ayudado.
La
perspectiva de la evolución necesariamente es egoísta para los individuos, ya
que es el individuo el que aporta el material genético para la próxima
generación, no el grupo, así que los beneficios en la conducta que
beneficien al grupo necesariamente contribuyen de alguna forma a la transmisión
de material genético a la siguiente generación para el individuo; el sexo normalmente es la
respuesta para muchas de las conductas difíciles de explicar en la evolución
de los animales. La generosidad desinteresada probablemente atrae más candidatos para
reproducirse, es posible que las mujeres seleccionaran a los hombres más
generosos como señal de que tendría más apoyo en la crianza de niños.
Esta
capacidad de recordar lo que te han hecho distintas personas, cómo es tu
relación con ellos, cómo es la relación de ellos entre ellos y quién dice qué
de quién; hace que la red de relaciones entre conceptos se complique muchísimo
por cada individuo adicional que llega a un grupo, por lo que el cerebro
aumenta la complejidad de las configuraciones en que se conectan las neuronas; por desgracia el cerebro es limitado, lo que quiere
decir que la cantidad de información que puedes tener es limitada, el antropólogo
David Dunbar cree que el máximo se encuentra alrededor de los 150 personas con
las que podemos tener una relación significativa*2.
Como
nuestro cerebro es limitado y tiende a registrar peor cuando recibimos que
cuando damos es importante mantener una cuenta correcta de los favores que hemos
recibido para poder corresponderlos, el psicólogo Robert Emmons*4 sugiere hacer
una lista y cada noche anotar las cosas por las que te sientes agradecido y
meditar sobre las personas involucradas en que lo tuvieras. O tal vez si no
puedes hacer la lista de cosas que otros hacen por ti puedes intentar dar
siempre un poco más de lo que crees que recibiste para que compenses los favores que
olvidaste.
Cuando
nos sentimos agradecidos estamos haciendo conciencia sobre la procedencia de lo
obtenido, por eso se parece tanto al sentimiento que tienes cuando aprendes
algo nuevo e interesante, porque estás fortaleciendo una idea que conecta el
resultado con la fuente, es una forma que tiene el cerebro para registrar la
procedencia y ser más eficiente en la conducta, el problema de la gente ingrata
es que no hace la parte de reflexionar sobre la procedencia de lo que tiene y
es descuidado con las relaciones de gente que le está ayudando.
Así que
tenemos muchas buenas razones para procurar sentirnos agradecidos, incluso si
hay pocas cosas buenas en tu vida, reflexionar sobre cómo es que las tienes te
ayuda a centrar tus esfuerzo y tiempo en las cosas que realmente te hacen
feliz.
Eso es
todo, muchas gracias por leer.
PD: ¿qué cosas son las que te hacen sentirte agradecido?
Referencias:
*2 cuántas personas podemos conocer? http://www.guardian.co.uk/technology/2010/mar/14/my-bright-idea-robin-dunbar
Comentarios
Sobre tu pregunta final: ¿qué cosas son las que te hacen sentirte agradecido? Te confieso que por años he dado gracias a diario por lo que tengo, pero es un acto que realizo a solas. Es como expresar mi gratitud hacia la generosidad de la vida. ¿A quién agradecerle por tener salud, empleo, amigos, familia, etc.? Cuando uno da las gracias por esas razones es como un acto de sumisión ante la buena fortuna (así lo veo). Ahora bien, es distinto a agradecer a las personas de las cuales recibes (por lo general sin pedir); en estos casos tenemos la oportunidad de expresarlo frente a ellas, lo cual me produce un efecto liberador.
Desconozco si sentirse agradecido produzca beneficios físicos, pero disfruto haciéndolo.
A propósito de gratitud, gracias a ti Rafa por “dar”, somos muchos los que “recibimos” de ti, de tu esfuerzo, de tu calidad humana e inteligencia.
Un abrazo amigo.
Rafael Baralt